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Tarta clásica francesa, de origen parisino, que combina a la perfección un sedoso frangipane (crema de almendras) y unas aromáticas peras en almíbar, todo sobre una crujiente masa sucrée.
Es una idea genial para elaborar tartas de frutas y da muchas posibilidades para elaborar otras versiones, por ejemplo una con frangipane de pistachos e higos frescos que encontraréis al final del post.
Icono de la cocina italiana, la frittata viene a ser el equivalente a nuestra tortilla, siendo la diferencia más notable la técnica de cocción, que en la frittata es doble: se cuaja la base al fuego y la superficie se acaba gratinado al horno. Para mi pinche es también su mayor ventaja, no hay que darle la vuelta!!!, con lo que se elimina el riesgo de que se caiga o se rompa.
Acepta, como la tortilla, cualquier combinación de ingredientes que se os ocurra. Hoy hemos combinado el otoñal sabor de las setas con espárragos trigueros para crear una base de bosque, con el contrapunto marino de unas colas de gamba roja, garantía todo ello de que el plato quedará limpio.
Claus Meyer es la nueva propuesta de Cooking the chef, oportunidad perfecta para acercarnos y conocer mejor la cocina nórdica. Cofundador con René Redzepi del NOMA de Copenhague, dos estrellas Michelin y cuatro galardones de mejor restaurante del mundo, este chef, empresario y activista es el impulsor de la nueva cocina nórdica.
Hemos optado por un ingrediente popular en sus fogones y poco conocido en nuestras cocinas, el apionabo, con el que hemos elaborado una cremosa sopa y unas crujientes láminas marinadas, todo acompañado con setas y almendras. Una vez más aprendiendo de los mejores.
El roastbeef (rosbif) es sin duda uno de los platos enseña de la cocina británica. Es una receta sencilla en su ingrediente principal, carne de vacuno (buey o ternera) de buena calidad y dificil para asarla y darle su punto, un exterior tostado y un interior jugoso y rosado ( donde la intensidad va un poco a gustos). Suele acompañarse de alguna salsa o aderezo y de purés o verduras cocidas.
Es muy versátil, puede servirse en plato, en bocadillo, en ensalada, caliente, tibia, incluso fría. Aquí la hemos asado a baja temperatura, con buenos resultados de sabor y jugosidad, todo y que no nos gusta muy cruda.
El nivel de polémica que suele acompañar en Italia a las versiones de la carbonara del resto de cocinas del mundo, es similar al que genera nuestra icónica paella: nadie la hace bien y algunos incluso la maltratan a conciencia. Así que hemos intentado ajustarnos a la versión más tradicional para no incomodar a nadie ... y disfrutar de lo auténtico.
Yema de huevo, queso pecorino romano y un magro bacon artesano (lo más parecido posible al guanciale* original, difícil de conseguir por estos lares), son suficientes para llevar al cielo unos simples espaguetis. Y por supuesto, sin nata!!!
*El guanciale se elabora con la carne salada y curada de la carrillera y careta del cerdo.
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